Nueva columna semanal sobre la música, el baile y el teatro en Móstoles. ¿Quién anda ahí? Móstoles: Dancemos
Asistía a un curso literario de verano en Aranjuez y conocí allí a Olga García, entonces regidora del ballet de Víctor Ullate. Hablando de su profesión, confesé no haber asistido a un espectáculo de danza y ella me invitó al que estaban representando en Madrid en ese momento. Aquélla fue mi primera vez y reconozco que disfruté emocionado de un espectáculo impresionante. Hasta entonces, el teatro y la música eran toda mi experiencia con las funciones sobre un escenario. Vivir aquella representación abrió mi alma a la danza, una forma de sentir el teatro no ya sólo con la música como elemento narrativo sino con el movimiento del cuerpo como lenguaje primordial. Este movimiento del cuerpo al compás de la música es lo que define la danza y, creedme si no lo habéis vivido aún, es algo mágico y emocionante. El corazón del espectador no permanece indiferente y no llego a imaginar cómo sobrevive el corazón de los bailarines, sin duda robusto y vital, a la frecuencia de estos latidos que despierta su profesión, que es algo más que eso, sin lugar a duda.
Podéis imaginar mi ilusión e interés al saber de la I Maratón de las Escuelas de Danza de Móstoles, que se ha celebrado en estos días en la ciudad. Doce horas de danza ininterrumpida en el escenario del Teatro del Bosque, junto a otras actividades paralelas destinadas a compartir con los asistentes la pasión por la danza. Convocado por la Concejalía de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística y por el Área de Artes Escénicas del Ayuntamiento, agradecemos esta iniciativa y esperamos que se perpetúe durante años, llegando a formar parte de la Cultura de esta Villa. Una magistral muestra de la calidad artística que corre por las calles de Móstoles y que impulsa el corazón de esta ciudad en continuo desarrollo. Más de doscientos artistas de diferentes disciplinas del baile llevaron a cabo unas coreografías verdaderamente sensacionales. Algunas de las escuelas fueron Estudio de Danza Merino, Academia Raquel Guerrero, Estudio Jania Martín y Carlos Romero, la Escuela Municipal de Danza Villa de Móstoles, Kevirischool, Escuela Elena López y WDance, entre otras. Doce horas haciendo vibrar el escenario y el corazón de los espectadores.
Quizá mi punto de visto sea subjetivo (qué no lo es, máxime en el arte), porque, como comenzaba narrando esta columna, tengo una experiencia vital intensa unida a la amistad que mantuve durante algunos años con la que hoy es una regidora solicitada y reconocida a nivel internacional. Quizá no pueda ser objetivo al hablaros de esta I Maratón de las Escuelas de Danza, pero es cierto que la subjetividad es lo que mantiene vivo el arte y, hablando de danza, es lo que hace aún más hermosa la expresividad de sentimientos mediante el movimiento corporal acompañado de música. Soy consciente de la disciplina, el sacrificio y las horas de trabajo que conlleva un espectáculo cuyo objetivo es emocionar al público y hacerlo sentir, y soy consciente de la inestimable labor realizada por la Concejalía de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística, y por el Área de Artes Escénicas del Ayuntamiento. Esta es la línea de trabajo a seguir, en mi opinión. Móstoles acoge grandes artistas de diferentes disciplinas, tales como la música o la dramaturgia. Permitidme sugerir, por ejemplo, un Maratón de Escuelas de Música en la que participen el Conservatorio de Música de Móstoles y las escuelas de música de la ciudad.
Hace unos años, tuve el privilegio de ser autor invitado en el Festival Internacional de Literatura y Traductores que se celebra anualmente en Iași (Rumanía) y no sólo quedé encantado con este Festival y su Organización sino con el alma de la ciudad, una ciudad cultural que alberga un Museo de Literatura y alberga durante el año diferentes Festivales y Eventos relacionados con la Cultura, incluidas la danza y la música. Iași tiene una población de unos trescientos cincuenta y cinco mil habitantes, una población relativamente cercana a la de Móstoles, que cuenta con doscientos doce mil habitantes. Me pregunto, desde hace tiempo, qué le impide a Móstoles desarrollarse en una ciudad cultural de referencia. Ha mantenido el Festival de Jazz durante varios años, importantes funciones teatrales nos incluyen en sus giras nacionales y se han venido celebrando eventos culturales de relevancia. Cierto es que Iași es el centro social, económico, cultural y académico de la región de Moldavia, soy atrevido en la comparación, pero no se trata de tal sino de una referencia. Me explico: el surgimiento de los Centros Socioculturales en Móstoles logró atraer a la sociedad, principalmente joven, aunque no sólo, conectar con ella y mantener un lazo de unión importante con los movimientos culturales que fluían como agua por la tierra agradecida. Con el asentamiento del capitalismo de finales de los noventa y, sobre todo, con la entrada al nuevo siglo, estos Centros han perdido buena parte de esa conexión con la ciudadanía. No solo ellos sino la filosofía cultural de los diferentes gobiernos, pese a las actividades y movimientos culturales que han seguido desarrollándose. Con eventos como este I Maratón de las Escuelas de Danza, estas conexiones comienzan a fortalecerse y, con ellas, la Cultura de un pueblo eminentemente cultural. La Cultura es identidad. Hablo de esto al considerar la referencia cultural de Iași. La Cultura no se relaciona con uno u otro signo político, sino con la identidad de un pueblo, es el espíritu que anida en las calles y que forma a las personas en valores y en emociones, en la vida y en el arte. Aplaudo esta iniciativa y la agradezco. Siento esperanza en que podamos continuar creciendo y seamos capaces de mantener estas tradiciones. Añadamos una Feria del Libro que mejore cada año y que atraiga a propios y foráneos, sumemos el excelente trabajo que realiza Escena Móstoles, fomentemos la visibilidad de los autores literarios mostoleños, fortalezcamos la actividad del Museo de Móstoles, expandamos el arte del Centro CA2M y demos aún más relevancia a nuestro Conservatorio, por ejemplo. Acaso sean ideales que topen con los presupuestos anuales del consistorio y con los reñidos intereses políticos (que deberían reñir menos y entenderse mejor, me atrevo a considerar), pero los ideales son espíritu, son el espíritu de Móstoles. Un ideal movió el paso determinante de nuestros alcaldes Andrés Torrejón y Simón Hernández. El paso que ha devengado en esta hermosa y gran ciudad que es Móstoles, que deja huella y «hace camino al andar».
El baile es el movimiento del cuerpo al compás de la música. Dancemos con arte y con sentimiento. El público forma parte indisoluble de este movimiento y su corazón danza al compás de la Cultura que le da identidad. Es nuestra forma de sentir, de vivir y de expresar. Dancemos.
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