Con actuaciones especiales y las entradas agotadas. Una jornada memorable: éxito rotundo en la corrida de toros en Móstoles
La Plaza de Toros de Móstoles fue escenario de una jornada espectacular que quedará en la memoria de los aficionados. El cartel lo decía todo: Morante de la Puebla, Tomás Rufo y Alejandro Chicharro. La respuesta del público fue clara y contundente, ya que se agotaron todas las entradas. De este modo, el resultado no pudo ser mejor, seis orejas y un rabo; y una salida a hombros cargada de triunfo.
Grandes resultados
Por su parte, el ídolo indiscutible, Morante de la Puebla, fue recibido entre grandes ovaciones tras sus recientes éxitos en Las Ventas y Salamanca. Aunque los toros que le tocaron no fueron los más fáciles, el maestro tiró de experiencia y temple para dejar momentos de gran belleza. Cortó una oreja en cada uno de sus turnos y emocionó al público con su estilo único.
Además, Tomás Rufo protagonizó una de las faenas más completas de la tarde. Al segundo toro lo toreó con elegancia y mucha verdad, logrando dos orejas que reconocieron tanto su entrega como su técnica. Aunque el segundo de su lote no fue tan agradecido, Rufo supo mantenerse firme y con actitud.
La figura del momento
Fuente: @info_alejandrochicharro
Pero sin duda alguna, el gran triunfador de la jornada en la plaza de toros de Móstoles, fue el joven madrileño, Alejandro Chicharro. Si bien su primer toro no dio opciones, en el sexto se desató la locura. Desde que lo recibió de rodillas hasta la última serie con la muleta, Chicharro lo dio todo. Por este motivo, el público estalló en aplausos y se ganó las dos orejas y el rabo.
En este contexto, el joven torero madrileño, con apenas 22 años, aprovechó al máximo la oportunidad de compartir cartel con grandes figuras. Asimismo se consolida aún más como una promesa firme y valiosa dentro del toreo, en coherencia con la trayectoria ascendente que viene construyendo.
Así las cosas, los toros de la ganadería El Vellosino ofrecieron un juego variado en la ciudad. Esto a través de algunos ejemplares de gran calidad que permitieron que cada uno de los toreros se luciera a su manera. La tarde fue un éxito rotundo. Afición entregada, toreros en estado de gracia y un ambiente que demostró que la pasión por la tauromaquia sigue más viva que nunca en Móstoles.
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