El centro organizó la “Jornada de Actualización en Pediatría”. El Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles propone una pediatría más empática y clara.
El Hospital Universitario Rey Juan Carlos da cobertura sanitaria a cerca de 200.000 habitantes de 18 municipios (Móstoles, Navalcarnero, Cadalso de los Vidrios, San Martín de Valdeiglesias, Villa del Prado, Navas del Rey, Villaviciosa de Odón, Cenicientos, Rozas de Puerto Real, Pelayos de la Presa, Aldea del Fresno, Sevilla la Nueva, Villamanta, Villamantilla, Villanueva de Perales, Chapinería, Colmenar de Arroyo y El Álamo). cuenta con 354 habitaciones individuales, 18 dobles, 134 consultas, 36 puestos de hospital de día médico y 14 puestos de diálisis. En el área quirúrgica dispone de 17 quirófanos, uno de Urgencias y otro de cesáreas además de 6 salas de dilatación-paritorio o 32 gabinetes de exploración. El centro hospitalario mostoleño organizó recientemente la “Jornada de Actualización en Pediatría” un encuentro que, más allá de un repaso de avances clínicos, se ha convertido en toda una declaración de intenciones para optimizar la relación entre los profesionales de la salud y las familias. El Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles propone una pediatría más empática y clara.
Saber comunicar

Y es que para los profesionales las preguntas de las familias reflejan una necesidad urgente: aclarar dudas, explicar mejor y traducir el conocimiento médico en decisiones prácticas y útiles. En las consultas pediátricas, los mitos sobre salud infantil no solo persisten, sino que compiten con la ciencia. Para el Dr. Gonzalo Ares, jefe del Servicio de Pediatría del centro mostoleño, la clave no radica solo en el conocimiento, sino en cómo se comunica. “La Pediatría no puede limitarse a tener razón; tiene que saber comunicar con empatía y claridad”, afirma. Esta filosofía no solo está cambiando la forma en que se abordan casos complejos en ámbitos como la diabetes, la neumología y la reumatología infantil, sino también en el modo en el que los profesionales interactúan con los pacientes y sus familias.
Para el Dr. Ares, “la Pediatría del futuro debe trascender a los avances médicos; más allá de los tratamientos innovadores, su enfoque debe centrarse en el paciente y su entorno familiar”, y ha de volcar esfuerzos en “saber comunicar el conocimiento de manera clara, empática y comprensible”. Por eso, los participantes en esta jornada destacaron la importancia de que los pediatras “aprendan a hablar el mismo lenguaje que los padres y los niños, entendiendo el impacto emocional de un diagnóstico y ofreciendo un acompañamiento integral”.
En la jornada abogaron en aspectos como explicar correctamente el uso de un inhalador o dar orientaciones claras sobre cuándo introducir alimentos alergénicos puede evitar angustias y preocupaciones, pruebas innecesarias e incluso hospitalizaciones. En Neumología Pediátrica, por ejemplo, persisten mitos como que los corticoides inhalados afectan el crecimiento. “Es fundamental explicar que, cuando se usan correctamente, estos tratamientos son seguros y eficaces; de lo contrario, se corre el riesgo de dejar al niño sin la medicación que necesita por miedo a creencias infundadas”, advierte la Dra. Elena Alonso, jefa asociada del Servicio de Pediatría en el Rey Juan Carlos. Lo mismo ocurre con la diabetes infantil. El impacto de este diagnóstico va mucho más allá del control de los niveles de glucosa, pues afecta a la vida familiar, escolar y emocional del niño. En el caso de la Reumatología Pediátrica, la pediatra señala que diferenciar entre lo típico y lo atípico puede ser la clave para un diagnóstico temprano, evitando consultas sin respuestas: “Reconocer cuándo un dolor articular es un signo de alarma y cuándo no lo es requiere tiempo, observación y, sobre todo, una escucha activa”.
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