Nueva columna semanal sobre sobre la Feria del libro en el municipio. ¿Quien anda ahí? Móstoles: Libro. Feria y más
Los libros son cultura no porque ésta sea el estante al que pertenecen sino porque aportan conocimiento y llevan a la reflexión y al cultivo del intelecto y del corazón. Los libros abren la mente a la comprensión mediante narraciones, personajes y emociones. Si algo nos enseña la lectura es a mirar el mundo con perspectiva y con amplitud de miras. La palabra y el entendimiento adecuado de la palabra nos hacen mejores personas, en mi opinión. Nos aportan herramientas útiles para serlo, al menos. La Feria del Libro de Móstoles, celebrada el fin de semana pasado, facilitó la divulgación de la cultura a través de un encuentro entre libreros, autores y lectores, en un ambiente relajado donde pudimos disfrutar de presentaciones de libros, cuentacuentos para todas las edades, talleres de manualidades y maquillaje, teatro de títeres, recitales de poesía y juegos de animación a la lectura. Y estuvo presente la Biblioteca de Móstoles presentando sus programas de préstamo intercentros, la plataforma de préstamo digital y sus sesiones de Book Dog, lecturas con Luffy, que es un perro lector muy entrañable.
Organizada por el Ayuntamiento de Móstoles, a través de Móstoles Desarrollo y la Concejalía de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística, asistieron a la inauguración el primer teniente de Alcalde y concejal de Seguridad, Emergencias y Medio Ambiente, Gabriel Monteserín, la concejal de Economía, Industria y Empleo, Ángeles García, el concejal de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística, Daniel Martín, y varios miembros de la Corporación Municipal.
Mostoleños y visitantes de otros municipios acudieron a un evento cultural que venía siendo demandado largo tiempo por ciudadanos y asociaciones culturales. El esfuerzo del consistorio, en general, y de las Concejalías de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística, de Economía, Industria y Empleo, y de Educación y Festejos, ha hecho posible cumplir un compromiso adquirido con los ciudadanos. Pese a ser conocida mi preferencia por el parque Finca Liana como ubicación ideal para esta Feria, he de confesar que su ubicación en la plaza del Sol no fue un desacierto y sí una buena iniciativa. La boca del metro Manuela Malasaña se encuentra en la misma plaza, facilitando la movilidad tanto a los mostoleños como a los visitantes de otras localidades, y ésta goza de un espacio envidiable para acoger al numeroso público que pudo disfrutar de la Feria, otrosí de otras ventajas que cabría destacar de esta ubicación.
Las librerías asistentes mostraron una encomiable capacidad de colaboración y una generosidad de agradecer. Las librerías El baúl de los sueños, El gnomo sabio, Desiderata, Las Mussas, Árbol de papel, El lápiz, Aida Books & more, Andrómeda, May y Delirio mostraron al público la belleza de los libros, acogiendo a diversos autores en sus casetas para la firma de ejemplares y atendiendo con una sonrisa a cuantos se acercaban a sus casetas.
En mi opinión, y posiblemente es la principal razón de ser de estas líneas, creo necesario valorar el esfuerzo de cada persona que hace posible estos encuentros. No resulta sencillo para nadie organizar un evento de estas características. Entiéndase, cuando hablo de organización, la referencia a cada una de las personas, entidades y profesionales que intervienen en algo tan complicado como una Feria del Libro. Hablo de las instituciones y hablo de las librerías, de los autores, los cuentacuentos, lo oradores y los animadores; hablo de técnicos, tanto administrativos como de montaje y jurídicos, del personal de mantenimiento y transporte, e incluso del personal de limpieza. En ocasiones, pienso en todo ese esfuerzo individual, estrellas de una constelación, que hace posible la magia de algo tan sustancial y significativo como una Feria del Libro. Cada pieza de ese puzle invierte mucho esfuerzo, personal, profesional y económico, para que podamos disfrutar de un encuentro cultural y formar parte del exitoso resultado de éste. Me agradó hablar con Pedro Alcoba, escritor de Alfareros del Lenguaje, interesante asociación nacional de escritores, y con el personal de la Biblioteca de Móstoles. Disfruté viendo divertirse a los niños con los talleres de maquillaje y tuve el placer de recorrer las casetas y disfrutar de magníficos libros y personas maravillosas. Uno siempre lamenta no poder llevarse más libros de los que se lleva y disponer de más tiempo para conversar. Mención destacada merece la experiencia de firmar ejemplares de mi trabajo y charlar con lectores, nuevos y conocidos, que siguen mi trayectoria a través de las redes sociales, de los eventos y de la lectura de mis libros, invitado por la conocida librería El baúl de sueños, de la calle Llobregat, que consigue hacerme sentir más que a gusto siempre. En mi caso, es una grata satisfacción la experiencia de compartir ese momento de encuentro con cada lector y con los libreros. Conozco la sensación de acercarte a uno de tus escritores preferidos, incluso a uno que llama tu atención y cuyo trabajo resulta interesante y deseas conocer o seguir conociendo, cruzar unas palabras y darte la mano con él; y la sensación del libro firmado en las manos, sabiéndolo tuyo, la inquietud de llegar a casa para releer la dedicatoria y comenzar a leer la primera página con total disposición a sumergirte en aquellas líneas, y escoger la ubicación en un lugar distinguido de la librería de casa, que acogerá aquel tesoro de por vida. La Feria del Libro habla también de estas emociones, de las sonrisas de los niños recorriendo con la mirada los libros expuestos, de las madres atentas a los deseos de los pequeños para satisfacerlos en la medida de lo posible y animarlos a la lectura y a ser felices, habla de los lectores en busca de un autor o un título determinados, de aquéllos ávidos de novedades, de libros que les llamen por su nombre, y habla de mundos compartidos y de días de motivación. La Feria del Libro, como éstos, habla de emociones, habla de personas y de entendimiento, de comprensión y de fraternidad.
Pienso en lo que podría ser de la cultura sin libros, en lo que podría ser del hombre sin libros, e imagino un mundo asentado en tiempos prehistóricos, anteriores a la escritura. Sabes, lector, que la aparición de la escritura marca el inicio de la Historia; precisamente el momento en que el Hombre pudo poner por escrito sus pensamientos e impresiones, lo que ocurrió en Sumer, antigua región de la baja Mesopotamia, a finales del cuarto milenio a.C. La escritura, podemos dilucidar, significa Historia y habla de cultura en el sentido más amplio, pensamiento, emociones, costumbres y valores humanos incluidos. La celebración de la Feria del Libro no habla de mercadería ni de política, sino que habla de cultura. Quien no comprende esto, no comprende el mundo de la literatura ni la Historia ni lo que verdaderamente significa una Feria del Libro, ni sabe de todo lo humano que se encuentra en ella. No comprende, en definitiva, la importancia que tiene colaborar con ella, formar parte de ella y ser partícipe de días de hermandad entre los distintos ámbitos que conforman el mundo de la literatura y que hacen posible la distribución del arduo trabajo de un escritor hasta alcanzar el corazón de un lector, mover su pasión e incentivar su pensamiento. Si lo piensas, hay mucho de magia y de grandeza en todo ese camino que se inicia en las reflexiones y los pensamientos sobrevenidos por las vivencias de un escritor, para alcanzar su destino en la emoción y el pensamiento de cada lector de su palabra escrita, precisamente en un lugar similar, sino igual, a su origen. Las librerías, distribuidoras, asociaciones, eventos culturales y Ferias del Libro se encuentran en ese camino. Una Feria del Libro es más y tiene alma más allá de cualquier consideración. Participar de ella es participar de algo significativo, es participar de la cultura y de la fraternidad. La Feria del Libro de Móstoles fue una muestra de este espíritu que concilia a las personas, que acerca los libros a toda clase de público y permite encontrarse a las personas que forman parte indivisa de ese camino de vida que es la escritura y la lectura; la literatura, a fin de cuentas, que tanto tiene que ver con lo que somos y con lo que deseamos ser, y que todo tiene que ver con la vida y con el ser humano. La Feria del Libro de Móstoles, ¿quién anda ahí? La vida y la pasión por la lectura.
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