Usa tres cerebros en tu día a día gracias a la Clínica Rin de Móstoles

Usa tres cerebros en tu día a día gracias a la Clínica Rin de Móstoles

La clínica neurológica del municipio te enseña la manera. Usa tres cerebros en tu día a día gracias a la Clínica Rin de Móstoles

Clínica Rin es la única en Móstoles sobre neurología, y, además, tiene unos precios de lo más asequibles para toda la ciudad. Se puede encontrar en Av. Dos de Mayo 40 local post. Móstoles. Para contactar con ellos se puede llamar al 609 14 20 93 o mediante su página web: www.clinicarin.com

Aunque la creencia popular sea tener la cabeza hueca, según Maclean, todas nuestras acciones son un compendio entre tres cerebros. Casi todas las semanas explicó esta teoría de los tres cerebros. Y dirás tú, avivado lector, en una clínica de fisioterapia, ¿qué importancia tienen estos tres cerebros? 

Ya la neurociencia aplicada a la fisioterapia es ampliamente aceptada en el ámbito neurológico. Y tambien cada vez más deseada por todos los deportistas que quieren mejorar en el ámbito deportivo.

Tres cerebros en uno

En la década de los 90, Paul Maclean, dibujó el comportamiento humano, con el denominado cerebro triuno: uno primitivo, un segundo que gestiona las emociones, y un tercero que engloba el razonamiento, siendo este último exclusivo de los humanos. Hoy ya se sabe que esta teoría con adeptos hasta en las finanzas no es la correcta porque las áreas encargadas del cerebro son varias para cada acción.

Usa tres cerebros en tu día a día gracias a la Clínica Rin de Móstoles
Usa tres cerebros en tu día a día gracias a la Clínica Rin de Móstoles

La cabeza no la tienes para sujetar el cuerpo; las lesiones, problemas neurológicos o reacondicionamiento deportivo tienen un impacto directo en el aprendizaje, o no te has hecho daño por hacer el bruto por no no pensar…

Si empezaras una rutina como caminar, correr o practicar algún deporte, sería imposible alcanzar tus metas, si estás pensando todo el rato en que hacer, pero no ocurre siempre así. Según van pasando los días, coges soltura, tus movimientos se vuelven automáticos y, de esa forma, tu cerebro no tendrá que generar tantas conexiones neuronales para el mismo movimiento. Igual pasa en un esguince, ya que cambias tu forma de pisar y piensas en casa paso que das mientras estás pendiente del dolor que te causó o el miedo a volver a tener esa lesión, generando un estrés oxidativo. El próximo mes hablamos de ello.

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