Piden que se refuerce la plantilla. Enfermeras escolares alertan de una “situación crítica” en la salud mental infantojuvenil de Móstoles
Las enfermeras escolares de varios municipios del suroeste de la Comunidad de Madrid, incluido Móstoles, han alertado de la “situación crítica, insostenible y prolongada” que atraviesan los servicios públicos de salud mental comunitaria, especialmente en lo relativo a la atención infantojuvenil en la localidad mostoleña. En un escrito remitido a la Oficina Regional de Salud Mental, a la Consejería de Sanidad y que también harán llegar al Ayuntamiento y al Comisionado de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, denuncian una falta estructural de recursos humanos que, advierten, está dejando desatendidos a cientos de menores.
Sin psiquiatras fijos y consultas telefónicas como norma

Según trasladan, el Centro de Salud Mental (CSM) sigue sin contar con una plantilla fija de psiquiatras infantojuveniles. Una carencia que afecta directamente a menores de Móstoles, Arroyomolinos y otras localidades próximas. Esta ausencia de profesionales supone que numerosos niños y adolescentes carezcan de seguimiento clínico presencial y estable.
La alternativa tampoco resulta suficiente. En el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, otro de los dispositivos de referencia, la atención continúa siendo mayoritariamente telefónica y muy espaciada, incluso en situaciones catalogadas como de alta gravedad. Ambos centros, denuncian, funcionan con equipos “claramente infradotados”, sometidos a elevada sobrecarga asistencial y con riesgo creciente de burnout entre sus profesionales.
Aumento de casos graves y consecuencias en los centros educativos
Las firmantes aseguran que en los últimos cursos se ha disparado la gravedad de los casos detectados en colegios e institutos. Entre los problemas más frecuentes enumeran un incremento notable de autolesiones, más ideación e intentos de suicidio, trastornos alimentarios en expansión, ansiedad y depresión en aumento, adicciones a redes sociales y dispositivos, y casos de estrés postraumático, en muchos vinculados a situaciones de violencia. Algunos centros educativos de Móstoles han llegado a activar hasta once protocolos de riesgo suicida en pocas semanas. Este curso, añaden, ya se ha registrado al menos un suicidio consumado y un intento grave.
La falta de seguimiento comunitario adecuado también está repercutiendo en la vida escolar y familiar: dificultades para coordinarse con los servicios sanitarios, reingresos hospitalarios recurrentes, familias que optan por cambiar de zona sanitaria, impacto emocional en aulas completas y un progresivo deterioro de la convivencia escolar. Más de una veintena de enfermeras escolares reclaman a la Comunidad de Madrid que refuerce de manera urgente la plantilla con un equipo completo y estable de profesionales de salud mental infantojuvenil, así como la recuperación de una atención presencial ágil, continuada y accesible.
Foto principal: envato.
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