Adaptación digital del artículo publicado en la edición de mostoleshoy.com. Tribuna de Móstoles: Moviendonos
* Texto adaptado del cuarto número del periódico impreso de mostoleshoy.com, correspondiente a junio de 2024. Para leer el periódico completo, puedes hacerlo haciendo clic aquí.
En nada escribiremos las primeras páginas del libro del verano. Serán días de temperaturas extenuantes. Días y semanas en los que todos cambiaremos el chip y bajaremos las absurdas revoluciones en las que estamos todo el año. Semanas de viajes, de ir de un sitio a otro para disfrutar. Y precisamente eso, los viajes, ir de un sitio a otro cada día va a ser uno de los ámbitos que más cambien en el futuro. Si cogemos los álbumes de fotos que todos tenemos por casa vemos vehículos antiguos sin cinturones de seguridad, donde entrábamos más de cinco personas e íbamos a cualquier sitio. También recordamos cuando en las gasolineras había gasolina super y sin plomo. Cuando el diésel parecía una panacea en el transporte.
La movilidad en muchos aspectos es la calve de bóveda de los próximos años. Coger el coche o el transporte público para ir a trabajar no será la única pregunta. Será una más. ¿Coche compartido? ¿coche eléctrico o de los de siempre? ¿coche en propiedad o no? ¿otro tipo de vehículos? En los últimos tiempos hemos visto como salían como setas los patinetes eléctricos, aunque ahora se prohíban en el metro y parezca que su utilidad disminuye. Hace 20 o 25 años los carriles bici eran muy extraños en las ciudades y ahora se muestran como algo habitual. Lo mismo sucede con los servicios de alquiler de bicis. Inclusive en las ciudades han aparecido en las últimas décadas los tranvías que parecían cosa del pasado.
La movilidad cambia. En Móstoles en las últimas semanas se habla de la ZBE, de cámaras, de etiquetas… Ya ha sucedido y sucede en otras ciudades madrileñas, españolas y europeas. Al final la movilidad es y será uno de los elementos sobre los que pivote la economía en el presente y el futuro, pero, también, nuestro día a día. Porque lo más valioso que tenemos es el tiempo. Más que el dinero. Tratamos de ir a los sitios que nos quedan cerca para comprar, por ejemplo. Pedimos colegios o centros de salud cerca de casa. La movilidad es imprescindible y vital. La movilidad seguirá cambiando. Lo hará a la fuerza de normativas y regulaciones o del avance social.
Lo que no se puede olvidar es que los cambios en la movilidad tienen que ser sencillos para el usuario. En todos los aspectos. También en el económico. ¿Los coches eléctricos serán el futuro? Quizá si hubiera puntos de recargas repartidos por toda la ciudad y los precios fueras realistas en cuanto a los sueldos de la mayoría. Solo quizá, ya serían presente. Cambiar de coche, optar más por el transporte público, tener una movilidad más verde… Todo eso está muy bien solamente si es viable y es realista para los usuarios, para los ciudadanos. Y esa será la clave para que la nueva movilidad llegue antes de los previsto, sea presente y no futuro. La clave es que el ciudadano tenga fácil unirse a una nueva movilidad con el tipo de transporte que elija. ¿Estamos preparados?
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