Podrán ser visitadas hasta principios de 2025. El Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles presenta sus nuevas exposiciones
Buscando guanábana ando yo, de Sol Calero y 1502 personas de cara a la pared, de Santiago Serra, son las dos últimas exposiciones presentadas en el Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles. Disponibles hasta el 5 de enero y 2 de febrero respectivamente.
Buscando guanábana ando yo
La artista Sol Calero (Caracas, Venezuela, 1982) presenta Buscando guanábana ando yo, cuyo título está inspirado en la canción popular de Rubén Blades. En este proyecto, la guanábana, fruta nativa de Centroamérica y el Caribe, se convierte en símbolo de la búsqueda de lo esencial: identidad, pertenencia o el sentido del hogar. La muestra explora conceptos asociados con el movimiento y el desplazamiento, que se materializan a través de enormes instalaciones que incorporan murales, esculturas y pinturas y que buscan recrear la experiencia del migrante, el hecho de nacer en un lugar y habitar en otro.
Este es el caso de la artista, nacida en Venezuela, donde vivió hasta los diecisiete años, momento en el que, junto a su familia, se estableció en Tenerife, para pasar después una temporada en Madrid y finalmente asentarse en Berlín, ciudad en la que reside en la actualidad. El paso por distintos países y su condición de inmigrante latinoamericana han sido determinantes para desarrollar un trabajo centrado en el carácter identitario relacionado con los símbolos de la cultura latinoamericana.
1502 personas de cara a la pared
Esta exposición consiste en la compilación y análisis del trabajo de Santiago Sierra (Madrid, 1966), a través de toda su carrera artística: la captación de imágenes de personas de cara a la pared, a modo de “retratos” inversos en los que la identidad del sujeto resulta negada o disuelta en la anomia. A partir de esta temática se ha creado un recorrido, compuesto de obras históricas y otras más recientes, que invita a reflexionar sobre cuestiones como la inmigración, la explotación, la exclusión, la devastación colonial o la guerra.
La muestra evidencia la capacidad del artista para insertar en los lenguajes formales del minimalismo, el arte conceptual y la performance de las décadas de 1960 y 1970, un sentido de urgencia por desvelar las redes perversas del poder contemporáneo; un poder que exacerba la alienación humana, transformando al mundo en un lugar de violencia, injusticia y muerte, y que atraviesa la totalidad del territorio hasta penetrar cada cuerpo individual.
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