Nueva columna semanal sobre los comercios para mostoleshoy.com. El taller de las ideas de Móstoles: De capa caída
José Luis Blanco Corral
Últimamente, por mi trabajo, estoy teniendo la oportunidad de conocer a muchos de los comerciantes del municipio y, casi todos, me explican que hay poco negocio: muchas tiendas están cerrando, a las que abren les augura un mal futuro y otras están esperando a que su dueño se jubile sin expectativa de que alguien tome el relevo.
Unos dicen que es por culpa de los políticos, otros que la causa se halla en la brutal competencia de Amazon u otras grandes empresas, que no compran género y devuelven al productor lo que no consiguen vender. Los más exitosos, critican el aborregamiento de sus compañeros de gremio, los cuales se han negado a modernizarse: no se han digitalizado, no usan R.R.S.S y no se alían para presentar batalla a los gigantes.
Puede que el problema resida en una mezcla de todo lo expuesto, es lo más probable, dado que esta decadencia viene de muchos años atrás y esto implica que no hay un único culpable. ¿Cuál es la razón de que Alcorcón, municipio hermano, sea más competitivo y esté resistiendo mejor —que no significa que les vaya de lujo— la transición a un nuevo funcionamiento de las empresas y de la economía?
El panorama no es nada halagüeño y, todo sea dicho, solo los empresarios con mentalidad más estoica, con la iniciativa e inteligencia necesarias para la resiliencia, se verán sometidos a una nueva selección natural, a la que solo sobrevivirán los más audaces y con mayor colchón económico.
Desde mi perspectiva, dejando claro que no tengo una empresa, pero soy muy analítico y «escucho» a la gente con verdadera atención e interés para formarme una opinión, creo que es necesario un cambio integral en el modo en que se desarrolla la pequeña actividad económica y esta habría que abordarla desde varios ámbitos:
1- Políticos. Deberían darse facilidades de algún tipo a todos aquellos emprendedores que reúnan unos requisitos que hagan viable su empresa.
2- Empresarios. Podrían celebrar ferias y exposiciones de sus productos; buscar clientes en lugar de esperar que les caigan del cielo o pasen por su puerta y decidan entrar.
También digitalizarse, ofrecer sus servicios en la Red e invertir en publicidad, dado que si ofrecen un buen producto o servicio, pero nadie lo conoce, de nada servirá.
Formar un frente común sumando recursos y buscando mejores condiciones y precios de sus proveedores, bancos, etc.
3- Ciudadanos. Una vez cumplidos los dos puntos anteriores, la gente volverá a preferir el comercio de proximidad. ¿Por qué? Muy sencillo, por motivos hace tiempo olvidados y desvalorizados: la atención personalizada, la accesibilidad en caso de dificultades con la adquisición y la cercanía de sus domicilios. Una gran empresa nunca te dará los buenos días al entrar por la puerta saludándote por tu nombre, ni te preguntará por tus nietos, ni te anotará la compra en tu cuenta hasta que cobres la pensión un par de días más tarde, ni te reservará la barra tostadita que a tí te gusta… Y así con muchos detalles que hacen de la pequeña actividad económica mucho más humana que la que llevan a cabo los gigantes.
Ojalá podamos ver durante los próximos años cómo Móstoles recupera el lugar que le corresponde. Es un municipio con historia y un gran potencial económico y humano.
Jose Luis Blanco Corral es autor de Vidas Anodinas y de Cuando no quedan lágrimas.
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